Quería ser Escort, y lo hice.
Confesiones.
Descubrí mi cuerpo y los infinitos placeres que me podía proporcionar en mi juventud, como muchas mujeres, tocándome, acariciándome y fantaseando, explorando intuitivamente mis zonas erógenas y desafiando en secreto las prescripciones de mi buena educación.
Aún no había experimentado el sexo con un hombre, pero ya deseaba hacerlo, la curiosidad, el impulso sexual era tal que mi imaginación se disparaba así como mis hormonas. Se mezclaban en mi mente imágenes sexy, me veía en una especie de boudoir,con lencería, exhibiéndome ante hombres desconocidos, que se ponían cachondos viendo como me movía y retorcía sólo para encenderlos…. como en las películas.
Con el tiempo, conocí hombres, me involucre en relaciones, pero en mi interior seguía presente la fantasía de ofrecer mi cuerpo de otra manera. No me inspiraba la idea de ser puta, no era exactamente eso.
Me calentaba la idea de quedar con un desconocido, acompañarlo, fingir una relación ante otros, sabiendo tanto él como yo, que se trataba de un pacto, que sólo me iba a poseer entera, unas horas. Y nada más. Y aprendí que eso tenía un nombre, escort.
A la vez libre y liberal, bella, adulta y joven, me anuncie en revistas y webs especializadas.
Colgué fotos sexys de escort, y surgieron ocasiones, y experiencias sexuales de las más tórridas con hombres solos y parejas.
A pesar de estar en una relación estable ahora, sigue vivo en mi el fuerte deseo de sentirme escort y vivir una sexualidad fuera de la pareja. Encontré una buena alternativa que me permitiera llevar en paralelo mi vida de mujer y mis fantasías de escort. En webs como sexywebcam, mujeres como yo nos deleitamos con sesiones de webcam sexo deliciosas, a ratos sensuales, hasta porno por videochaterotico.
Y por nada cambiaría esos momentos de intimidad compartida entre desconocidos que buscanintimidad, sicreción, sexo de calidad, a la vez que seguridad y confidencialidad. …Más abajo del video unos contactos con mujeres muy liberales….